A veces me pregunto quien es capaz de quitar la vida, aquellas balas perdidas que a voluntad propia se condenan enemigas. Las uno a mi sincero pesar.
Ahora sabemos de lo que somos capaces, la necesidad ha convertido al miedo en un gas volátil en la tabla periódica de la espiritualidad.La razón se esconde ante la impotencia del que todo lo puede. El valor es un deporte nacional. Las vías nos llevan al inframundo, al decidir ajeno, a una extraña causalidad política a la que nunca avocamos. Se olvidaron coronar héroes por incontables. Y la voluntad se administro en grandes dosis a la fuerza estoica para batallar el momento. Nos jugábamos mucho. Atocha viaje a la solidaridad, un destino común en un camino desviado. Un silencio obligado que todo lo dice y todo lo sabe. Una mentira marcada por la tragedia. Unos segundos para quedar anclados en el tiempo. Un infinito de intervalo abierto que no llego a fin. 11-M, mas pena que gloria.
El no poder llevar razón, el sinsabor a sangría. Hacer Santos a Mártires
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