Las Dictaduras

El silencio de mi melodía

lleva las notas de un viento 

de tiempos pasados,

en los que estar callado 

era poder decirlo todo. 

Esperar era seguir el compás

y dar la razón llevar el ritmo.

Melómanos del desamparo en busca de inspiración se pierden ahora entre lejanos mecenas al grito de ¡revolución!.

Van pagando su desgaste con sudores negros que nacen desde dentro de la tierra y pintan sus banderas con colores de sangre seca. Levantan gritos ahogados que dan voz al mundo. Sentados Al des-concierto de un esperpento de vida y heridas, que cicatrizan la historia que nos empeñamos en no hacer nuestra.Muestra del carácter desarraigado de un jubilo, jubilado...que espera y no condena...